Exportaciones mexicanas continúan su crecimiento

En marzo de 2025, las exportaciones mexicanas de productos hacia Estados Unidos crecieron 15.4% interanual, alcanzando los 47,982 millones de dólares, según datos divulgados por la Oficina del Censo estadounidense.
Esta cifra consolidó a México como el principal socio comercial de Estados Unidos, superando ampliamente a Canadá, cuyas exportaciones sumaron 35,668 millones de dólares con un alza de 4.2%, y a China, que reportó una caída de 1.9%, con 29,384 millones de dólares.
El dinamismo del comercio bilateral ocurrió en un contexto complejo. Desde el 4 de febrero, Estados Unidos aplica un arancel del 25% a productos mexicanos que no cumplen con los requisitos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). A ello se sumó, el 12 de marzo, la imposición de otro arancel del 25% sobre las importaciones de acero, aluminio y productos derivados, sin excepción de origen.
Pese a estas medidas, la actividad exportadora mexicana no solo resistió el impacto sino que creció, apoyada en parte por la base comparativa de marzo de 2023, cuando la Semana Santa redujo los días hábiles frente al mismo mes de 2024. Sin embargo, esa diferencia de calendario no explica por sí sola el comportamiento positivo del comercio exterior mexicano.
El repunte se sostiene en fortalezas estructurales del modelo productivo y logístico nacional. La cercanía geográfica, la madurez del ecosistema manufacturero y la experiencia exportadora han convertido a México en un socio confiable y ágil para el abastecimiento del mercado estadounidense.
Sectores como el automotriz, el electrónico, el de autopartes y el de maquinaria mantienen una interdependencia sólida con las cadenas de valor norteamericanas. Además, la respuesta de muchas empresas mexicanas para adelantar embarques antes de la entrada en vigor de los aranceles demuestra una capacidad de reacción y adaptación clave en entornos volátiles.
Al mismo tiempo, la coyuntura evidencia oportunidades que pueden fortalecer aún más la posición de México en la región. La reconfiguración de cadenas globales y el nearshoring han abierto espacios para atraer inversión extranjera directa y ampliar la base exportadora, sobre todo si se aprovechan los beneficios del T-MEC en cumplimiento normativo, contenido regional y certificación de origen.
Mientras países como China enfrentan tensiones geopolíticas y restricciones en sus relaciones con Estados Unidos, México puede consolidar una posición estratégica en sectores de alto valor agregado y con visión de largo plazo.
Sin embargo, persisten debilidades que limitan el aprovechamiento pleno de esta ventaja comparativa. Problemas logísticos en aduanas, costos crecientes en energía e infraestructura insuficiente en ciertos corredores industriales representan obstáculos reales. A esto se suma el cumplimiento estricto del T-MEC, que exige inversiones constantes en capacitación, trazabilidad y digitalización para no quedar excluidos de las preferencias arancelarias.
Las amenazas también están presentes. La política comercial de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump tiende a endurecerse y genera incertidumbre sobre el rumbo de las reglas bilaterales. Nuevos aranceles, cambios en la interpretación del T-MEC o decisiones unilaterales podrían alterar el entorno favorable que México ha sabido capitalizar. Además, la dependencia excesiva del mercado estadounidense mantiene vulnerable a la economía mexicana ante cualquier desaceleración, conflicto político o crisis sectorial al norte de la frontera.
A pesar de ello, los datos de marzo envían una señal clara: México mantiene un desempeño sólido como proveedor clave de Estados Unidos y ha logrado sortear presiones externas con agilidad y visión estratégica.
Colaboración: Editorial Auge.