México: crecimiento económico estatal en 2024

Durante 2024, la actividad económica en México mostró señales claras de dinamismo a nivel regional. De acuerdo con el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), elaborado por el INEGI, 24 de las 32 entidades federativas del país reportaron un crecimiento en su economía en comparación con el año anterior.
Oaxaca se colocó como el estado con mayor expansión económica, con un crecimiento interanual del 5.3 %. Este avance estuvo vinculado principalmente al impulso del sector de la construcción, particularmente por los trabajos relacionados con el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, uno de los principales proyectos de infraestructura del actual gobierno federal.
La magnitud de esta obra ha comenzado a traducirse en una mayor demanda de insumos industriales, servicios logísticos y generación de empleo local, lo que abre oportunidades para proveedores nacionales e internacionales que buscan insertarse en cadenas de valor emergentes.
Además de Oaxaca, las entidades que completaron el grupo de mayor crecimiento fueron Durango, Puebla, Nuevo León, Guanajuato y Baja California Sur.
Estos resultados reflejan fortalezas estructurales como la diversificación productiva, la presencia de sectores industriales consolidados, el desarrollo de infraestructura logística y la atracción de inversión nacional y extranjera.
En estados como Nuevo León y Guanajuato, la integración con cadenas globales y su posición estratégica en el norte-centro del país consolidan su papel como motores económicos, mientras que Puebla y Durango muestran un avance sostenido gracias a su especialización manufacturera y una creciente conectividad.
En contraste, Tabasco registró la mayor caída, con una contracción del 7.4 % interanual. Este retroceso está relacionado con su alta dependencia del sector petrolero, cuya volatilidad representa una debilidad estructural. A ello se suman factores como la falta de diversificación productiva y rezagos en infraestructura económica.
Campeche y Quintana Roo también reportaron descensos importantes, en parte por la lenta consolidación de sectores alternativos al turismo y a los hidrocarburos, lo que plantea amenazas a largo plazo si no se fortalecen sus capacidades de adaptación y reconversión.
El comportamiento económico de las entidades federativas refleja un mapa de contrastes que debe ser leído con visión estratégica. México cuenta con fortalezas clave como una red industrial robusta, una posición geográfica privilegiada para el comercio global y un sector empresarial resiliente. Sin embargo, enfrenta desafíos importantes: desigualdades regionales, dependencia de sectores volátiles y la necesidad de mejorar capacidades técnicas y regulatorias en estados con menor dinamismo.
Aun así, las oportunidades emergen con claridad. El nearshoring, los proyectos de infraestructura federal, la relocalización de inversiones y la transición energética abren nuevas rutas para el crecimiento. Para las empresas, esto implica que las decisiones de inversión y expansión deberán considerar no solo el tamaño del mercado nacional, sino también las condiciones específicas de cada región.
Collaboration: Editorial Auge.