Economía mexicana retoma el crecimiento en abril

La economía mexicana mostró señales de recuperación durante abril de 2025, tras haber registrado una contracción en marzo, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que ofrece una visión mensual del desempeño económico, reportó un avance de 0.5 % en términos reales, por encima de las expectativas del propio instituto, que a través del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) había proyectado una caída de 0.3 %.
Este repunte compensa parcialmente la baja de 0.2 % registrada en marzo y coloca al país en una mejor posición de cara al cierre del primer semestre. En la comparación anual, la economía creció 1.4 %, una cifra modesta pero consistente con la dinámica que se ha observado en meses recientes, marcada por altibajos.
El detalle por sectores revela contrastes importantes. El sector primario, que incluye agricultura, ganadería y pesca, se contrajo 3.7 %, un retroceso que expone vulnerabilidades estructurales del campo mexicano, como la dependencia de condiciones climáticas y la falta de inversión en modernización. Las actividades secundarias, es decir, la industria, crecieron 0.1 %, reflejando estabilidad en manufactura, construcción y minería, aunque sin un impulso significativo.
Las actividades terciarias, relacionadas con el comercio y los servicios, crecieron 0.9 %, lo que confirma la fortaleza del mercado interno como motor de recuperación y la resiliencia del sector servicios, que ha logrado adaptarse a los cambios tecnológicos y de consumo.
Estos datos también evidencian que la diversificación sectorial sigue siendo una de las principales fortalezas de la economía mexicana, así como su capacidad para sostenerse en medio de entornos globales adversos.
El panorama macroeconómico sigue condicionado por factores externos. La incertidumbre internacional, especialmente la relacionada con la política económica de Estados Unidos, mantiene presiones sobre las decisiones de inversión, tipo de cambio y tasas de interés. En este contexto, las proyecciones de crecimiento para 2025 son dispares.
Mientras que la Secretaría de Hacienda estima un crecimiento de entre 1.5 % y 2.3 %, organismos como el Banco Mundial y el Banco de México prevén apenas 0.2 % y 0.1 %, respectivamente. Por su parte, la OCDE revisó recientemente al alza su proyección de crecimiento para México, pasando de una contracción prevista a un avance de 0.4 %, lo que refleja una expectativa de mejor desempeño en el mediano plazo.
Las empresas enfrentan un entorno mixto, con riesgos pero también con oportunidades. Entre las fortalezas actuales se encuentra el bono demográfico, la ubicación estratégica para el nearshoring y la estabilidad del sistema financiero. A esto se suma una industria exportadora que ha sabido integrarse a cadenas globales y que sigue siendo uno de los pilares del crecimiento nacional. Sin embargo, también hay debilidades persistentes como la baja productividad en ciertos sectores, la informalidad laboral y los cuellos de botella logísticos. La competencia global, la volatilidad del entorno político y las posibles tensiones comerciales representan amenazas latentes que podrían frenar la inversión o modificar planes de expansión.
El dato positivo de abril, si bien no revierte por completo la incertidumbre, ofrece un respiro en medio de un escenario todavía volátil. Confirma que el mercado interno puede seguir siendo una fuente de impulso económico y que hay sectores que, con el acompañamiento adecuado en política pública y financiamiento, podrían ganar mayor tracción.
Colaboración: Editorial Auge.