MOTBUS impulsa la movilidad limpia en México

En un momento clave para el transporte público en México, la empresa jalisciense MOTBUS entregó las primeras 100 unidades de camiones impulsados con gas natural al Gobierno de Nuevo León.

Esta entrega forma parte de un proyecto que busca renovar completamente la flota metropolitana en ese estado. Las unidades forman parte de un plan mayor que contempla 600 vehículos en total, bajo un modelo integral que incluye venta, financiamiento y mantenimiento técnico.

El movimiento se da en un contexto en el que las autoridades estatales y federales enfrentan crecientes presiones para modernizar el transporte urbano, mejorar la seguridad de los pasajeros y reducir las emisiones contaminantes. 

Las nuevas unidades, fabricadas por Farizon (marca del grupo chino Geely), están equipadas con cámaras de seguridad y conectividad wifi, lo que representa un salto en la experiencia de viaje para los usuarios y también un avance en los estándares operativos de las flotas mexicanas.

La visibilidad de sus proyectos ha crecido en los últimos años a partir de colaboraciones con distintos gobiernos estatales y alianzas internacionales con firmas como Geely Holding Group. Desde 2024, esta alianza ha permitido ampliar la oferta de vehículos eléctricos y alternativos en el mercado mexicano, reforzando la presencia de tecnologías limpias con soporte técnico y comercial a escala global.

Además de sus desarrollos en transporte a gas, la compañía también ha apostado por la electromovilidad. En alianza con Grupo Value, lanzó en 2021 la primera flota 100 % eléctrica y autónoma del país, integrada por 38 unidades que ya acumulan más de 8 millones de kilómetros recorridos. El proyecto, operado en condiciones reales durante cuatro años consecutivos, ha sido considerado uno de los referentes más avanzados en movilidad eléctrica en Latinoamérica.

El avance de empresas como MOTBUS ocurre en medio de una transformación más amplia del sector transporte en México. Las fortalezas del país, como su amplia base industrial, ubicación estratégica y demanda creciente en zonas urbanas, abren oportunidades para modernizar el sistema con soluciones locales y escalables. Sin embargo, persisten desafíos estructurales como la fragmentación normativa entre entidades federativas, la lenta ejecución de políticas públicas y la falta de infraestructura eléctrica suficiente para desplegar soluciones a gran escala.

Aun así, el mercado mexicano se mantiene atractivo para proyectos de movilidad inteligente. La necesidad urgente de renovar flotas, reducir emisiones y mejorar la eficiencia operativa está impulsando la adopción de tecnologías integradas que van más allá del vehículo: sistemas de cobro electrónico, plataformas de información para usuarios y administración basada en datos se han convertido en componentes clave de las nuevas soluciones de transporte.

MOTBUS, a través de su división tecnológica MOTBUS TECH, fue una de las cinco compañías autorizadas por el Gobierno de Jalisco en 2021 para operar el sistema de cobro del transporte estatal, posicionándose como uno de los actores mejor preparados para responder a esta demanda.

En paralelo, la empresa ha mantenido una estrategia de operación directa, participando en el diseño de rutas y la administración de flotas urbanas en varios estados. Este enfoque, basado en datos operativos y experiencia en campo, ha permitido optimizar recorridos y reducir costos de manera tangible. No obstante, el entorno sigue siendo complejo. La resistencia de operadores tradicionales a nuevos modelos de gestión, la limitada inversión pública en infraestructura y la volatilidad política en algunos estados representan riesgos que podrían frenar el ritmo de transformación.

La entrada de jugadores globales como Geely, en colaboración con actores locales como MOTBUS, plantea un escenario competitivo donde México podría posicionarse como un centro relevante para la movilidad limpia en América Latina. El reto será aprovechar el momento, cerrar brechas en infraestructura y formación técnica, y alinear los intereses de la política pública con los de la industria.

En un entorno donde la movilidad urbana está directamente relacionada con la productividad y calidad de vida en las ciudades, cada decisión estratégica en este sector tiene implicaciones económicas de largo plazo. La experiencia reciente de MOTBUS confirma que existen condiciones para avanzar, aunque el éxito dependerá de la capacidad para escalar, integrar y sostener estas soluciones en el tiempo.

Colaboración: Editorial Auge.

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