México acelera su red digital con megaproyectos de fibra óptica

Empresas como Neutral Networks, C3ntro Telecom, Fermaca Networks, Telmex, Telxius y América Móvil encabezan una expansión sin precedentes en infraestructura de telecomunicaciones.

En un país donde los datos viajan tan rápido como las oportunidades, México está encendiendo la fibra que conectará su futuro digital. Desde Querétaro hasta el Golfo de México, un entramado de cables, ductos y rutas submarinas comienza a tejer la red más ambiciosa en la historia del país. 

No es un proyecto más de infraestructura: es el esqueleto invisible sobre el que se sostendrá la nueva economía del nearshoring, la inteligencia artificial y los servicios digitales de alta capacidad.

Seis megaproyectos de fibra óptica están en marcha y sus protagonistas son gigantes y especialistas del sector como Neutral Networks, C3ntro Telecom, Fermaca Networks, Telmex, Telxius y América Móvil. Juntas están impulsando una expansión que busca colocar a México en el mapa mundial de la interconexión digital, aprovechando su posición estratégica entre América del Norte y Latinoamérica. 

México tiene una ubicación extraordinaria para consolidarse como líder global en infraestructura digital y atraer centros de datos que alberguen Inteligencia Artificial.

Entre las iniciativas destaca Next, la red de Neutral Networks de ultra baja latencia que recorrerá más de mil 100 kilómetros desde Querétaro hasta Laredo, Texas, diseñada para minimizar retrasos en la transmisión de datos y responder a las exigencias del comercio electrónico, la nube y la IA.

C3ntro Telecom avanza con Tikva, una red transfronteriza de 2 mil 500 kilómetros que unirá Phoenix con Querétaro y fortalecerá el corredor tecnológico del Pacífico mexicano.

Fermaca Networks despliega una red paralela a sus gasoductos que cruzará Chihuahua, Aguascalientes, Querétaro y Guadalajara. Con 192 hilos de fibra óptica, permitirá llevar conectividad avanzada a regiones donde la infraestructura digital aún es limitada.

A esta ola de proyectos se suma Telmex, que acaba de poner en operación el cable submarino TMX5, con 383 kilómetros de fibra óptica que unen Baja California Sur con el resto del país, una inversión superior a 25 millones de dólares que amplía la cobertura de servicios en una zona clave para el turismo y la innovación.

En paralelo, el sistema MANTA promete ser el primer cable submarino del Golfo de México con conectividad hacia Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica. Con 5 mil 600 kilómetros de longitud y una capacidad de 20 terabytes por par de fibras, MANTA tendrá puntos de aterrizaje en Veracruz y Florida, fortaleciendo los flujos de datos entre Ciudad de México, Querétaro, Bogotá y Ciudad de Panamá.

Telxius y América Móvil también apuestan por el proyecto Tikal, un cable submarino que enlazará Guatemala con Estados Unidos con una capacidad inicial de 190 terabits por segundo, la más alta en la ruta del Caribe.

Esta revolución silenciosa está respaldada por un contexto favorable. El país se beneficia de su ubicación geográfica, su estabilidad energética y un mercado interno que demanda digitalización acelerada. La expansión del nearshoring ha disparado la llegada de empresas globales que requieren conectividad robusta y baja latencia.

Pero el desafío es complejo. La brecha digital sigue siendo profunda, los permisos para el despliegue de fibra son lentos y la formación de talento técnico no avanza al ritmo que exigen las nuevas tecnologías. Además, el país compite con Brasil, Chile y Colombia, que también desarrollan infraestructura de gran escala para atraer centros de datos e inversiones en inteligencia artificial. México deberá mantener un ritmo sostenido de modernización y políticas públicas coherentes para no perder su ventaja estratégica.

El país está frente a una ventana histórica. La expansión de estas seis redes no sólo conectará ciudades, sino industrias completas: manufactura, energía, logística, salud y finanzas. Si México logra equilibrar sus fortalezas con la solución de sus debilidades y convertir las amenazas en impulso, podrá pasar de ser un país que consume tecnología a uno que la distribuye.

Cada kilómetro de fibra que hoy se instala no solo transportará datos; también llevará el pulso de una economía que se reinventa. En el corazón de América, México comienza a trazar su red hacia el futuro.

Colaboración: Editorial Auge.

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