Principales usos de la inteligencia artificial en México

El mayor uso de herramientas de inteligencia artificial entre mexicanos es para la recopilación de datos e información, así como la traducción de textos.

La inteligencia artificial dejó de ser un concepto futurista para convertirse en una herramienta cotidiana en México. En oficinas, escuelas, comercios y hogares, la IA comienza a formar parte de las decisiones diarias de millones de personas. Lo que antes parecía exclusivo de las grandes empresas tecnológicas hoy está al alcance de cualquier usuario con acceso a internet.

Un estudio reciente de la plataforma Preply confirma esta transformación: el 34% de los mexicanos utiliza herramientas de inteligencia artificial para recopilar datos e información sobre diversos temas, mientras otro 34% las emplea para traducir textos entre idiomas. Estos dos usos dominan el panorama digital y reflejan una tendencia clara hacia la búsqueda de eficiencia, conocimiento inmediato y comunicación sin fronteras.

Otro 31% la utiliza para resolver consultas personales o pedir recomendaciones, mientras que actividades como la creación de contenidos (29%), la síntesis de textos (28%) y la explicación de conceptos (22%) completan la lista de los usos más comunes. Incluso en tareas como la planeación de viajes o la comparación de productos, cerca del 18% de los encuestados reconoce recurrir a la IA. Estos porcentajes corresponden a los más de un uso que los mexicanos dan a la IA en sus actividades diarias.

Esta adopción masiva representa una fortaleza para México: una sociedad digitalmente activa, dispuesta a experimentar y a incorporar la tecnología en su vida cotidiana. A nivel empresarial, refleja una transición cultural hacia la innovación. Las compañías que entiendan este cambio no solo optimizarán procesos, sino que podrán construir ventajas competitivas duraderas basadas en la automatización y el análisis de datos. La inteligencia artificial ofrece oportunidades tangibles para mejorar la productividad, la toma de decisiones y la personalización de servicios.

No obstante, el crecimiento acelerado de estas herramientas también revela las debilidades estructurales del país. La brecha digital, la desigualdad en el acceso a la tecnología y la falta de capacitación especializada limitan la expansión del conocimiento. La velocidad de adopción tecnológica supera muchas veces la capacidad de regulación o formación, lo que puede generar confusión o uso inadecuado. En el entorno laboral, aún falta fortalecer programas de actualización profesional que preparen a los trabajadores para convivir con la automatización sin poner en riesgo el empleo.

México enfrenta también amenazas asociadas a la ética, la privacidad y la calidad de la información. La inteligencia artificial puede amplificar los beneficios del conocimiento, pero también los riesgos de la desinformación si no se aplican marcos normativos sólidos. La construcción de confianza será clave para garantizar un uso responsable y sostenible.

Aun con estos retos, el país se encuentra en una posición estratégica. Su población joven, conectada y adaptable, representa una ventaja frente a otros mercados de la región. A medida que el ecosistema digital se fortalezca y las políticas públicas impulsen la educación tecnológica, México podría consolidarse como un centro de innovación en inteligencia artificial en América Latina.

El momento actual marca un punto de inflexión. La inteligencia artificial ya no es una promesa, sino una realidad que redefine cómo aprendemos, trabajamos y tomamos decisiones. La pregunta no es si México adoptará plenamente esta revolución, sino cómo aprovechará su potencial para transformar la productividad y escribir una nueva historia de innovación en el país.

Collaboration: Editorial Auge.

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