OpenAI adquiere la firma del creador del iPhone

OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ha concretado la adquisición total de la startup LoveFrom io, fundada por el exdiseñador de Apple, Jony Ive, en una operación valuada en 6,400 millones de dólares.
Esta suma incluye los 5,000 millones de dólares que OpenAI acaba de pagar por el 77 % restante del capital, luego de haber adquirido previamente el 23 % en 2024.
Con esta transacción, los 55 empleados de io pasarán a formar parte del equipo de OpenAI, aunque Ive no se integrará a la empresa como parte del personal directo. No obstante, sí asumirá responsabilidades creativas y de diseño tanto en OpenAI como en io, que conservará cierta autonomía operativa.
El objetivo de este movimiento es claro: OpenAI quiere redefinir por completo la manera en que los humanos interactúan con la tecnología impulsada por inteligencia artificial.
“Creo que tenemos la oportunidad de reimaginar por completo lo que significa utilizar un ordenador”, declaró Sam Altman, fundador y CEO de OpenAI. La alianza con Jony Ive, figura central en el diseño del iPhone, iMac y iPad, refuerza la apuesta de la compañía por avanzar hacia experiencias de usuario más intuitivas, accesibles y centradas en el diseño.
Para el mercado mexicano, esta noticia abre un abanico de reflexiones. Por un lado, representa una oportunidad tangible para empresas locales de diseño industrial, desarrollo de interfaces y manufactura avanzada que busquen insertarse en cadenas de suministro globales cada vez más orientadas a productos que integren IA de forma física y experiencial.
México cuenta con talento joven, creciente inversión en hubs tecnológicos y una base industrial fuerte que puede convertirse en proveedora estratégica de componentes, pruebas de usuario y servicios asociados.
Sin embargo, también pone sobre la mesa ciertos desafíos. La velocidad con la que se están moviendo las grandes tecnológicas puede dejar rezagados a ecosistemas emergentes si no se fortalecen capacidades locales en diseño de experiencia, desarrollo de hardware inteligente y marcos regulatorios que acompañen la innovación. Existe el riesgo de que el país quede únicamente como consumidor de estas tecnologías, sin construir propiedad intelectual ni soluciones propias.
Aun así, las fortalezas del entorno mexicano —su cercanía geográfica con el mercado estadounidense, tratados de libre comercio, y una industria electrónica cada vez más diversificada— son factores que pueden impulsar una mayor participación nacional en esta nueva etapa. Si se apuesta por fomentar colaboraciones entre universidades, centros de diseño y empresas tecnológicas, México podría posicionarse como un socio estratégico en el diseño e implementación de dispositivos inteligentes potenciados por inteligencia artificial.
Esta adquisición no es solo una operación corporativa: es una señal clara de que la próxima revolución tecnológica no vendrá únicamente del código, sino también del diseño. El reto para México es no quedarse fuera de esa conversación.
Collaboration: Editorial Auge.