México y América Latina destacan en agricultura digital

Las solicitudes de patentes en AgTech crecen tres veces más rápido que el promedio global, con América Latina avanzando 11% anual y México consolidándose como referente.

En un invernadero en las afueras de Texcoco, un sensor colocado en la raíz de un árbol frutal mide en tiempo real la humedad del suelo y envía la información a la nube. A cientos de kilómetros, un dron sobrevuela campos de maíz en Veracruz, mientras un robot sembrador automatiza tareas que antes requerían semanas de trabajo humano. 

Lo que hasta hace poco parecía ciencia ficción hoy es parte de una revolución silenciosa: la agricultura digital que está colocando a México y a América Latina en el radar mundial.

Un nuevo informe del Observatorio de Patentes y Tecnología de la Oficina Europea de Patentes confirma que las tecnologías digitales aplicadas al campo crecen tres veces más rápido que el promedio global, con un avance anual del 9.4 por ciento en solicitudes de patentes. 

América Latina brilla en esta tendencia con un crecimiento del 11 por ciento entre 2000 y 2022, un dinamismo que ubica a la región como referente emergente en el futuro de la seguridad alimentaria. En este contexto, México se consolida como un jugador clave. Entre 2018 y abril de 2025 el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial otorgó 3,680 patentes en AgTech y FoodTech, de las cuales 464 corresponden a inventores nacionales. 

Detrás de estas cifras se encuentran universidades de prestigio como Chapingo, la UNAM y el Tecnológico de Xalapa, que han transformado la investigación en soluciones tangibles: sistemas de riego inteligente, monitoreo hídrico en frutales, dispositivos IoT para el cuidado de polinizadores y robots que redefinen la siembra.

Esta proyección convierte a la región en un imán de oportunidades para inversionistas, empresas de tecnología y fondos de capital que buscan mercados con alto retorno y potencial de escalamiento. México destaca por sus fortalezas: capital humano capacitado, instituciones sólidas que generan conocimiento y un sistema de propiedad intelectual que ofrece certidumbre. Estas ventajas se combinan con un mercado agrícola diverso que facilita la aplicación de innovaciones en diferentes entornos productivos.

El escenario también revela oportunidades de gran alcance. La creciente demanda mundial de alimentos, la agenda global de sostenibilidad y el auge de tecnologías como la inteligencia artificial, los drones y la automatización posicionan al país como un destino atractivo para alianzas estratégicas y financiamiento internacional. La posibilidad de convertir patentes en startups rentables y soluciones exportables abre un espacio fértil para el emprendimiento y la inversión.

Sin embargo, los desafíos son reales. Persisten debilidades que frenan la adopción masiva de innovaciones, como la brecha tecnológica en comunidades rurales, la falta de infraestructura digital y la dificultad para escalar proyectos más allá del ámbito académico. El peso de las universidades en el registro de patentes refleja un ecosistema robusto en investigación, pero con limitaciones para acelerar la transferencia de conocimiento hacia el mercado.

A estas limitaciones se suman amenazas globales. El cambio climático introduce una volatilidad que impacta directamente en la producción agrícola, mientras que la competencia internacional crece con Europa liderando el registro de patentes y Asia superando a Norteamérica en solicitudes desde 2020. El riesgo de ampliar desigualdades sociales en el campo y la dependencia de inversión extranjera son factores que exigen una estrategia nacional clara para mantener la relevancia en este sector estratégico.

La innovación digital no es solo productividad, es equidad y desarrollo. La propiedad intelectual deja de ser un simple instrumento de protección para convertirse en una palanca de transformación que fortalece comunidades rurales, impulsa la inversión y genera empleo.

Lo que ocurre hoy en los campos de México y de América Latina no es un avance aislado. Es el inicio de una narrativa donde la región pasa de ser vista únicamente como productora de alimentos a convertirse en creadora de conocimiento y soluciones globales. La agricultura digital es más que un sector en crecimiento, es una oportunidad histórica para redefinir la competitividad del país, cerrar brechas sociales y sentar las bases de un futuro donde la innovación del campo latinoamericano alimente no solo al mundo, sino también su propia prosperidad.

Collaboration: Editorial Auge.

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