Actis acelera su apuesta por centros de datos en Latinoamérica
Actis invertirá 1,500 millones de dólares en tres años para desarrollar infraestructura digital en México, Brasil y Chile.
Actis vio en América Latina algo más que un mapa de expansión. Vio un punto de inflexión histórico. A finales de 2024, cuando firmó su primer contrato para construir un centro de datos en San Miguel de Allende, la firma británica entendió que el futuro digital de la región pasaría por una infraestructura capaz de soportar la nueva ola de inteligencia artificial.
Desde entonces, cada decisión ha seguido una idea central: México. El país está en el momento decisivo para convertirse en la plataforma digital del continente, siempre y cuando sea capaz de resolver su mayor desafío energético.
La compañía anunció una inversión de 1,500 millones de dólares para desarrollar centros de datos en México, Brasil y Chile durante los próximos tres años. Lo hará a través de Terranova, su plataforma especializada en infraestructura digital para clientes hiperescalers.
El proyecto mexicano avanza con ritmo acelerado. En Guanajuato, la obra de San Miguel de Allende está prácticamente terminada y su entrega está programada para enero de 2026. En paralelo, la empresa negocia la compra de un terreno en Querétaro con capacidad energética disponible para construir un campus diseñado desde el primer día para las cargas computacionales de alta densidad que exige la inteligencia artificial.
La apuesta ocurre en un país que ya se ha convertido en un imán para operadores globales de centros de datos. La ubicación estratégica, la cercanía con Estados Unidos, la tendencia del nearshoring y la digitalización acelerada del mercado interno constituyen fortalezas que han colocado a México en el radar de inversión internacional.
Para compañías como Actis, el país combina demanda real con ventajas logísticas que permiten conectar más rápido y con mejores latencias a los grandes consumidores de servicios de nube en Norteamérica. Esto convierte a México en una puerta de entrada privilegiada a un mercado de alto crecimiento.
Ese potencial convive con debilidades que la industria no puede ignorar. La infraestructura eléctrica del país presenta limitaciones críticas que afectan la instalación y operación de centros de datos avanzados. El cuello de botella está en la transmisión y en la disponibilidad de nodos con la energía suficiente para atender cargas computacionales cada vez más exigentes. En un entorno donde la inteligencia artificial requiere niveles de potencia muy superiores a los centros de datos tradicionales, la certidumbre energética se vuelve un requisito indispensable. Sin ella, cualquier ventaja geográfica pierde valor.
Actis interpreta esta realidad como una oportunidad para contribuir a un ecosistema que está en plena expansión. La aceleración del comercio electrónico, la mayor demanda de servicios en la nube, la automatización empresarial y la necesidad de cómputo intensivo están impulsando un mercado que se fortalece año con año. Terranova llega en un momento en el que las empresas buscan operadores capaces de construir infraestructura de gran escala bajo estándares globales y con velocidad de despliegue. El corredor tecnológico de Querétaro, que ya reúne a algunos de los jugadores más relevantes del sector, refuerza el atractivo con una masa crítica que favorece nuevas inversiones.
El contexto ofrece oportunidades, pero también amenazas. Brasil y Chile avanzan con políticas públicas más agresivas para atraer centros de datos, con redes eléctricas más robustas y con programas específicos para garantizar capacidad energética de largo plazo. Si México no acelera su modernización eléctrica, corre el riesgo de perder inversiones que podrían redefinir su posición en la economía digital. A esto se suman presiones globales como el encarecimiento del hardware avanzado, la competencia por equipos de IA y la exigencia creciente de construir infraestructura más sostenible.
La reciente integración de Actis bajo la estructura de General Atlantic fortalece su capacidad para operar en este entorno competitivo. La combinación de experiencia en transición energética, infraestructura crítica y conocimiento profundo del ecosistema tecnológico global les permite abordar proyectos de cientos de millones de dólares con un enfoque integral. Terranova aplica en América Latina lo que ya probó con éxito en Asia y África. Su llegada a México representa el inicio de una estrategia regional que busca responder de manera eficiente al nuevo ciclo de demanda digital.
Hoy, mientras Terranova levanta sus primeras estructuras y el país debate cómo garantizar la energía del futuro, México se encuentra frente a una ventana única. Si logra superar sus desafíos, podría consolidarse como el eje de la infraestructura que sostendrá la próxima década de innovación tecnológica en América Latina. Si no lo hace, la región seguirá avanzando, pero lo hará desde otros puntos. La entrada de Actis no es solo un anuncio de inversión. Es el indicio de que el tablero global está cambiando y de que México tiene la oportunidad de ocupar un lugar central en la economía digital que ya está tomando forma.
Collaboration: Editorial Auge.