Nearshoring redefine el comercio global y México responde con plataformas binacionales

El nearshoring continúa transformando las dinámicas del comercio global consolidándose como una de las palancas más poderosas para el crecimiento económico de México.

Con la relocalización de cadenas productivas en marcha, México se posiciona como un eslabón clave entre Asia y Estados Unidos, atrayendo inversiones y desarrollando nuevas plataformas logísticas que responden a las exigencias de una economía cada vez más integrada y regionalizada.

Esta reconfiguración ha dado lugar a un modelo operativo binacional que gana terreno rápidamente: empresas mexicanas que no solo producen o importan, sino que invierten en infraestructura industrial en Estados Unidos y establecen presencia operativa en Asia.

El objetivo es claro: acortar distancias, reducir costos logísticos, ganar control sobre sus cadenas de suministro y responder con mayor agilidad a los vaivenes del entorno geopolítico y comercial.

A través de una estructura integrada, FESA importa materias primas como microfibras, plásticos, acero y empaques desde Asia y abastece al mercado nacional y estadounidense, aprovechando su presencia física en ambos extremos de la cadena.

Con una oficina propia en China, la compañía ha conseguido reducir significativamente sus costos logísticos, estableciendo relaciones directas con proveedores estratégicos en sectores de alta especialización. Paralelamente, sus inversiones en infraestructura industrial en The Woodlands, Texas, permiten mejorar los tiempos de respuesta y cumplir con los estándares de entrega del mercado norteamericano.

Casos como el de FESA muestran cómo las empresas mexicanas están evolucionando más allá del modelo tradicional de importación-exportación, para convertirse en nodos operativos dentro de una cadena logística regional. Su participación activa en ferias internacionales como Canton Fair o ExpoPack Asia también refuerza una visión que prioriza la conexión directa con los centros de innovación y manufactura global.

Para México, este tipo de plataformas representan una ventaja competitiva tangible en el nuevo entorno económico. Sin embargo, también revelan las condiciones que se requieren para sostener esta posición: infraestructura moderna, talento técnico calificado, conectividad aduanera eficiente y una política industrial que incentive la innovación y la escalabilidad empresarial.

El país enfrenta, además, una competencia creciente por atraer operaciones vinculadas al nearshoring. Economías como India, Vietnam y Malasia han comenzado a ofrecer incentivos agresivos para capturar parte de este reacomodo industrial. Frente a ese escenario, México necesita mantener condiciones atractivas para la inversión, garantizar certidumbre jurídica y reforzar la colaboración público-privada en proyectos de infraestructura logística.

En ese contexto, las plataformas binacionales como FESA no solo ilustran una respuesta empresarial ante los cambios del entorno, sino que representan una apuesta estructural por insertar a México en una nueva etapa del comercio global. Una etapa en la que ya no basta con estar cerca de los mercados: hay que estar presentes en ellos, con operaciones ágiles, visión internacional y capacidad de ejecución.

Collaboration: Editorial Auge.

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