Inversión inmobiliaria alcanzará 15,000 millones de dólares en 2025

La Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) anunció que sus socios invertirán 15,000 millones de dólares en proyectos inmobiliarios durante 2025, lo que representa un incremento del 3.5 % respecto al año anterior.

Este capital se enfocará principalmente en desarrollos residenciales, industriales y turísticos, y se estima que su despliegue generará más de 355,000 empleos directos e indirectos en todo el país.

El presidente de la ADI, Jaime Fasja, explicó que, pese a las recientes tensiones comerciales con Estados Unidos y a la incertidumbre en torno a políticas arancelarias, el sector mantiene una visión de largo plazo. 

Aunque muchas inversiones fueron pausadas el año pasado, el panorama macroeconómico de México sigue siendo favorable y ofrece condiciones estructurales que fortalecen al sector. 

La ubicación geográfica estratégica del país, su cercanía con el mayor mercado consumidor del mundo y la continuidad del fenómeno del nearshoring se traducen en oportunidades tangibles para el desarrollo de infraestructura logística, habitacional e industrial. Estas condiciones refuerzan la convicción de que México sigue siendo un destino atractivo para el capital inmobiliario.

No obstante, Fasja reconoció que los desarrolladores avanzan con cautela. La reactivación de medidas arancelarias y la volatilidad económica global han hecho que las decisiones de inversión se tomen con mayor prudencia. A ello se suma un entorno interno complejo, marcado por procesos electorales recientes y cambios en el poder judicial, que generan preocupación sobre la solidez del marco institucional.

El presidente de la ADI hizo un llamado a consolidar un sistema jurídico fuerte, autónomo e imparcial, que ofrezca certeza jurídica y garantice el estado de derecho, condición indispensable para sostener el flujo de inversión y permitir que los proyectos inmobiliarios maduren sin riesgos extraordinarios.

Aunque el sector inmobiliario se ha mostrado históricamente resiliente, enfrenta también retos estructurales. El acceso a financiamiento, los costos de construcción y la falta de certeza regulatoria en ciertos estados siguen siendo obstáculos que limitan la ejecución de nuevos proyectos, especialmente en segmentos de vivienda media y social. A pesar de ello, las expectativas positivas sobre el crecimiento del empleo, la expansión industrial y la atracción de cadenas productivas globales abren un escenario fértil para impulsar desarrollos bien planeados y sostenibles.

El anuncio de inversión confirma que, en medio de la incertidumbre, México mantiene condiciones únicas que lo distinguen de otros mercados emergentes. La recuperación del turismo, el empuje logístico del nearshoring y la demanda habitacional en ciudades intermedias son señales de que el país está en una fase de transformación territorial.

Collaboration: Editorial Auge.