Empresarios proponen inversión récord para México

El Consejo Mexicano de Negocios presentó 38 proyectos que podrían superar los 40 mil millones de dólares hacia 2026.

El salón retumbaba con el murmullo de los empresarios más influyentes de México cuando la presidenta Claudia Sheinbaum entró al recinto. Era la comida anual del Consejo Mexicano de Negocios, un ritual que muchas veces ha marcado el pulso de la economía nacional, pero esta vez tenía algo distinto. Había expectativa, tensión y una sensación de estar ante un momento definitorio. Minutos después, sobre la mesa se colocó una carpeta con 38 proyectos de inversión en infraestructura que podrían superar los 40 mil millones de dólares hacia 2026. Un gesto que, más que una lista de obras, parecía la señal de partida de una nueva etapa para el país.

Los hechos fueron contundentes. El CMN presentó a la presidenta un portafolio alineado al Plan México que busca elevar la inversión nacional al 25 por ciento del PIB. Se trataba de un mensaje claro: las grandes compañías del país están listas para inyectar capital en sectores estratégicos siempre que se den las condiciones necesarias. La presidenta respondió con un compromiso igual de audaz. Prometió reducir a solo un año los trámites que hoy tardan alrededor de dos y medio para abrir negocios y obtener permisos. Un anuncio que tomó relevancia no solo por su impacto económico, sino porque tocó uno de los mayores obstáculos que los empresarios han enfrentado durante años.

En la mesa estaban Carlos Slim Domit, Claudio X González Laporte, Germán Larrea, Antonio del Valle, Daniel Servitje, Emilio Azcárraga y otros representantes de industrias clave. Todos escucharon a Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización, confirmar que además de los 38 proyectos se presentaron planes de inversión adicionales para 2026 y propuestas internas de expansión corporativa. 

El mensaje común era que México se encuentra frente a una oportunidad única para detonar infraestructura, logística y manufactura avanzada en el contexto de la relocalización.

Pero no todo fue celebración. Agustín Coppel tomó la palabra para reconocer avances en seguridad, aunque subrayó la urgencia de combatir la extorsión. Francisco Cervantes, presidente del CCE, añadió que existe confianza en Omar García Harfuch y en la nueva ley contra la extorsión, pero que aún hay mucho por resolver. La presidenta respondió que los titulares de Hacienda, Seguridad y Economía acompañarán de manera directa a los inversionistas para eliminar obstáculos y garantizar certidumbre. La conversación dejó claro que la seguridad es un factor que puede definir la velocidad y profundidad de las inversiones comprometidas.

El panorama que se dibuja a partir de este encuentro revela la magnitud del momento. México cuenta con fortalezas que le permiten aspirar a convertirse en el eje logístico y productivo más importante de América del Norte. Su ubicación estratégica, la solidez de sus empresas líderes y la expectativa global por cadenas de suministro más resilientes colocan al país con una ventaja competitiva que pocos pueden replicar. Las oportunidades se multiplican con la posibilidad de modernizar infraestructura crítica, expandir parques industriales, atraer manufactura de alto valor y generar empleos mejor remunerados en regiones que hoy están rezagadas.

Aun así, subsisten debilidades que no pueden ignorarse. La capacidad institucional para ejecutar proyectos de gran escala sigue siendo desigual entre regiones. La infraestructura energética e hídrica carga rezagos que frenan la instalación de nuevas plantas. Y la burocracia, aunque sujeta a cambios anunciados, todavía representa un reto profundo. A estas condiciones se suman amenazas que pueden alterar el rumbo: la inseguridad, la extorsión, la competencia internacional por el nearshoring y la posibilidad de cambios regulatorios abruptos que afecten la confianza construida con tanto esfuerzo.

Si los compromisos anunciados se cumplen y si el Gobierno logra avanzar en seguridad y certidumbre regulatoria, las inversiones no solo se materializarán, sino que podrían transformar la estructura productiva del país. Si no se logra, la oportunidad histórica podría diluirse en medio de los mismos problemas que llevan años frenando el potencial mexicano.

Collaboration: Editorial Auge.