Economía informal continúa como pilar del consumo interno en México
En 2024, la economía informal aportó 25.4% del PIB nacional, es decir, uno de cada cuatro pesos generados en el país.
En 2024, mientras los grandes indicadores macroeconómicos captaban la atención de analistas y empresas, una parte decisiva de la economía mexicana siguió operando fuera de los reflectores formales. Millones de transacciones, jornadas laborales y decisiones productivas sostuvieron, una vez más, una fracción esencial del crecimiento nacional.
Los datos oficiales lo confirman: la economía informal aportó el 25.4 por ciento del Producto Interno Bruto, lo que significa que uno de cada cuatro pesos generados en el país provino de actividades que operan al margen de los registros legales tradicionales.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía muestran que la producción económica informal no solo conserva su relevancia, sino que continúa ampliando su peso absoluto dentro de la estructura productiva.
La Medición de la Economía Informal incluye a las unidades económicas que carecen de registro legal básico, así como a las distintas formas de informalidad laboral y de negocio. Se trata de actividades que generan valor, ingresos y consumo, pero que lo hacen sin acceso pleno a esquemas fiscales, laborales o de seguridad social, configurando un ecosistema productivo paralelo que convive de manera permanente con el sector formal.
El alcance de este fenómeno se vuelve aún más evidente al observar el mercado laboral. Durante 2024, el 54.4 por ciento de la población ocupada en México trabajó bajo algún esquema de informalidad. Más de la mitad de la fuerza laboral encontró en este espacio una vía de empleo, autoempleo o emprendimiento, reflejando la capacidad de la economía mexicana para absorber mano de obra y sostener el ingreso de millones de hogares, incluso en entornos de presión económica.
Desde una óptica empresarial, la magnitud de la economía informal revela una fortaleza poco visible pero profundamente arraigada: una base productiva amplia, flexible y altamente conectada al consumo interno. Comercios, servicios, talleres y microempresas sostienen cadenas locales de valor que permiten que la actividad económica fluya en regiones y sectores donde la formalidad enfrenta mayores barreras de entrada. Esta realidad abre oportunidades para la integración gradual de estos actores a esquemas de financiamiento, digitalización y proveeduría, con impactos directos en productividad y escala.
Sin embargo, el mismo tamaño que convierte a la informalidad en un motor económico expone también debilidades estructurales. La limitada inversión en capital humano, la ausencia de protección legal y la falta de acceso a crédito restringen el crecimiento de estas actividades y reducen su capacidad para innovar o integrarse a cadenas de valor más amplias. Para el sector formal, esta coexistencia implica un entorno competitivo complejo, donde las diferencias regulatorias influyen en costos, precios y márgenes.
En el plano macroeconómico, la persistencia de una economía informal que representa una cuarta parte del PIB plantea riesgos de largo plazo. La presión sobre la recaudación, la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social y la planeación fiscal se intensifica en la medida en que una parte sustancial de la actividad económica permanece fuera del marco institucional. Sin ajustes estructurales, este equilibrio puede convertirse en una limitante para el crecimiento sostenido y la competitividad del país.
Aun así, los datos de 2024 también dibujan una oportunidad histórica. México cuenta con un vasto universo productivo en operación, activo y probado, cuya incorporación gradual a la formalidad podría redefinir el perfil económico del país. Simplificación regulatoria, incentivos fiscales progresivos, acceso al financiamiento y digitalización aparecen como las palancas para transformar esta realidad. La economía informal ya está escribiendo una parte central de la historia económica de México; el siguiente capítulo dependerá de la capacidad para convertir su tamaño en una ventaja estructural para el desarrollo empresarial y el crecimiento de largo plazo.
Collaboration: Editorial Auge.