Crecen activos de fondos de inversión 9.89% en el primer semestre de 2025

Los activos administrados por los fondos de inversión en México continúan su tendencia positiva. Al cierre del primer semestre de 2025, el valor total de los activos alcanzó los 4.676 billones de pesos.

Esto representa un crecimiento de 9.89% con respecto al cierre de 2024. Así lo informó la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB), subrayando que este resultado refuerza el papel de los fondos como una de las principales herramientas de inversión para personas físicas e inversionistas institucionales en el país.

En la comparación anual, el crecimiento fue aún más significativo, con un aumento de 20.92% respecto a junio de 2024. Esta expansión refleja no solo una mayor captación de recursos por parte de las gestoras, sino también un entorno económico más favorable para el rendimiento de los instrumentos en los que invierten. En cambio, el crecimiento mensual fue marginal, de apenas 0.25%, lo que sugiere una estabilización temporal tras meses de avance sostenido.

Actualmente operan en México 29 gestoras con un total de 630 fondos activos. De estos, 251 fondos están invertidos en instrumentos de deuda y representan el 75% del total de los activos netos, confirmando la preferencia del mercado mexicano por instrumentos de renta fija. 

Los restantes 379 fondos están orientados a renta variable, acumulando el 25% de los activos. Esta distribución revela un perfil conservador entre los inversionistas, aunque también señala oportunidades de diversificación en el mediano plazo. 

Su posición consolidada reafirma la confianza del público inversionista en las gestoras con mayor trayectoria, infraestructura y respaldo institucional.

A pesar del buen desempeño del sector, el panorama reciente estuvo marcado por señalamientos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre presuntas operaciones ilícitas en tres instituciones financieras mexicanas, entre ellas una casa de bolsa. Ante esta situación, la AMIB expresó su respaldo a las autoridades encargadas de la investigación, al tiempo que defendió la solidez del sistema financiero mexicano.

La asociación subrayó que los activos de los clientes están seguros, ya que se encuentran depositados en la S. D. Indeval (Instituto para el Depósito de Valores), una entidad con altos estándares de seguridad y supervisión. Además, recalcó que las instituciones del sistema bursátil mexicano operan bajo un marco normativo riguroso que cumple con las exigencias nacionales e internacionales en materia de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.

En este contexto, el crecimiento de los fondos de inversión confirma una tendencia estructural positiva para el mercado mexicano, pero también expone la necesidad de consolidar sus fortalezas frente a los desafíos globales.

Entre los elementos más sólidos del entorno se encuentra la estabilidad macroeconómica del país, el alto grado de regulación del sistema financiero y la creciente participación institucional en la gestión de activos. La presencia de una infraestructura operativa robusta, como la de Indeval, otorga confianza a inversionistas nacionales y extranjeros, mientras que la diversidad de gestoras y productos disponibles estimula la competencia y eleva los estándares del sector.

Por otro lado, las oportunidades para el crecimiento son evidentes: un entorno de tasas más estables, el aumento en la educación financiera, y la digitalización de los servicios de inversión están abriendo paso a nuevos perfiles de inversionistas. Además, la reconfiguración de cadenas globales y el nearshoring incrementan la liquidez en el sistema, creando un clima propicio para captar mayores recursos y canalizarlos hacia fondos con impacto productivo.

No obstante, también existen debilidades estructurales que deben atenderse. El bajo nivel de participación de la población en instrumentos de inversión, la concentración en fondos de deuda y la dependencia del entorno macroeconómico global limitan la profundidad del mercado. Además, cualquier señal de incertidumbre política o percepción de inseguridad jurídica puede generar cautela o ralentizar el crecimiento de los activos.

A ello se suman amenazas externas que podrían incidir en el comportamiento del sector en el segundo semestre del año. Entre ellas, destacan la volatilidad de los mercados internacionales, los procesos electorales en economías clave, y los señalamientos sobre posibles riesgos reputacionales vinculados con el sistema financiero nacional. La reacción oportuna de las autoridades, el seguimiento normativo y la comunicación institucional transparente serán claves para preservar la confianza y contener posibles efectos adversos.

La evolución mostrada por el sistema de fondos de inversión en este primer semestre refleja un entorno resiliente, con condiciones para seguir creciendo en un marco de regulación exigente, confianza pública y vigilancia continua.

Collaboration: Editorial Auge.

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