México registra el desempleo más bajo de su historia y consolida dinamismo en su mercado laboral

En marzo de 2025, la tasa de desempleo en México se ubicó en 2.2 %, el nivel más bajo desde que se tiene registro, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Esta cifra representa una disminución mensual de 0.1 puntos porcentuales y se traduce en 166,739 personas menos en condición de desocupación, lo que confirma una tendencia sostenida de mejora desde inicios de año.
El fortalecimiento del empleo formal fue clave en este avance. De los 562,560 nuevos empleos generados en el mes, el 61 % se concentró en la formalidad, que alcanzó un total de 27.2 millones de personas, con lo cual se rompe una racha negativa registrada en los primeros dos meses del año.
Este dinamismo también impactó positivamente la tasa de informalidad, que se redujo ligeramente a 54.4 %. El crecimiento del empleo se reflejó principalmente en los trabajos subordinados e independientes, mientras que el empleo no remunerado cayó en más de 100,000 personas.
A su vez, se observó un importante regreso a la actividad económica, con una salida neta de 825,450 personas de la Población No Económicamente Activa (PNEA), rompiendo una racha de cuatro meses consecutivos al alza en este grupo. Este movimiento también impulsó una mejora en la tasa de desempleo extendido, que bajó de 10.2 % a 9.7 %, incorporando tanto a los desocupados como a personas disponibles de la PNEA dentro de la fuerza laboral potencial.
Por sectores, el impulso vino del sector servicios, especialmente en transporte, gobierno y servicios profesionales. En contraste, la agricultura perdió más de 450,000 plazas por segundo mes consecutivo y el sector industrial también mostró una contracción, en particular en construcción y extracción. Aunque la tasa de subocupación —personas que desean trabajar más horas— aumentó levemente a 6.6 %, se mantiene por debajo de los niveles registrados al cierre de 2024, lo que indica una mejora estructural en la calidad del empleo.
Este entorno ofrece señales claras de fortaleza para el mercado mexicano, donde la resiliencia laboral, la expansión de empleos formales y el repunte en sectores clave refuerzan las bases para una economía más dinámica. La mayor participación económica de la población, el regreso al trabajo de sectores tradicionalmente más rezagados y la estabilización de los indicadores laborales abren oportunidades para ampliar capacidades productivas, atraer nuevas inversiones y fortalecer cadenas de suministro locales.
Sin embargo, el retroceso en sectores como la agricultura y la industria revela áreas que aún enfrentan rezagos estructurales, con retos vinculados a la temporalidad del empleo, la baja inversión y las condiciones climáticas. Persisten amenazas relacionadas con la volatilidad internacional, la desaceleración en la industria de exportación y el posible enfriamiento de la economía global, que podrían poner presión sobre la sostenibilidad de estos avances. También es necesario atender las brechas regionales y sectoriales que podrían obstaculizar una distribución más equitativa del crecimiento.
Desde una perspectiva empresarial, el panorama actual destaca tanto los avances como los desafíos que enfrenta el país. La recuperación del empleo formal, la reactivación de la demanda interna y la capacidad de incorporar fuerza laboral calificada fortalecen las expectativas para ampliar operaciones, desarrollar talento y planear a largo plazo.
Collaboration: Editorial Auge.