Consumo privado y comercio electrónico repuntan en agosto

El consumo privado mostró dinamismo impulsado por el regreso a clases y mayores compras con tarjeta, según BBVA Research.

En agosto de 2025, el consumo privado en México sorprendió con un repunte de 2.5% anual, una cifra que devolvió dinamismo a la economía interna después de un verano marcado por la cautela de los hogares. El regreso a clases fue el gran motor de este movimiento, impulsando compras de productos escolares, servicios relacionados y bienes esenciales que devolvieron energía al mercado.

El dato, reportado por el Indicador de Consumo Big Data de BBVA Research, rompió con la racha negativa de los meses previos y ofreció un respiro a la economía interna, después de un retroceso de 1.3% en julio y un crecimiento marginal de apenas 0.1% en junio.

El indicador de gasto con tarjetas también confirmó la vitalidad del consumo. Entre enero y agosto el crecimiento promedio alcanzó 8.4% anual, lo que refleja que los hogares continúan utilizando los medios electrónicos de pago como una herramienta clave para organizar sus finanzas y mantener el flujo de consumo. Esta tendencia fortalece a la banca y al ecosistema de pagos digitales, al tiempo que abre nuevas oportunidades para el comercio en general.

El protagonismo, sin embargo, se lo llevó el comercio electrónico. En agosto las compras en línea aumentaron 2.9%, y en lo que va del año acumulan un crecimiento de 131.3%, superando con creces el desempeño de las tiendas físicas, que avanzaron 0.9% en el mismo periodo. La consolidación del canal digital no solo habla de un cambio en los hábitos de consumo, también revela un terreno fértil para que las empresas desarrollen estrategias omnicanal y lleguen a un consumidor cada vez más conectado.

Si bien en la comparación interanual algunos segmentos crecen con menor ritmo que en 2024, lo cierto es que el balance general apunta hacia la resiliencia y la diversificación del gasto de los hogares.

En esta combinación de fuerzas aparecen las fortalezas de un mercado que no se detiene por completo. Los sectores de alimentos y salud mantienen su resiliencia, mientras que la digitalización del consumo abre un espacio inédito para que empresas de todos los tamaños fortalezcan sus canales en línea. También emergen oportunidades ligadas a la creatividad empresarial: estrategias de precios flexibles, nuevos formatos de productos y experiencias de compra híbridas que conecten lo físico con lo digital.

El otro lado de la balanza muestra debilidades y amenazas que pesan sobre el panorama. La persistente caída de la confianza limita la disposición de los hogares a comprometerse con compras de mayor valor, y la desaceleración de la masa salarial erosiona el poder adquisitivo. Los sectores ligados al consumo discrecional enfrentan el reto de reinventar su propuesta de valor en un entorno donde la incertidumbre económica inhibe decisiones de gasto.

Así, el repunte de agosto se convierte en un símbolo: no es una recuperación consolidada, pero sí una señal de que el mercado mexicano conserva vitalidad aun en un contexto desafiante.

Para las empresas, el mensaje es claro. Quien logre adaptarse al consumidor digital, ofrecer propuestas sensibles al bolsillo y planear con visión estratégica encontrará en este escenario la oportunidad de crecer. La historia de agosto no es solo la de un rebote estadístico, sino la de un mercado que sigue escribiendo su propia narrativa de resistencia y transformación.

Colaboración: Editorial Auge.

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