Dubái abre nuevas puertas para la internacionalización de empresas mexicanas

La estrategia Dubái Global busca posicionar al emirato como puente económico con América Latina y convertir a México en socio prioritario.
En un salón lleno de empresarios y autoridades, la presentación de Dubái Global en México se sintió como la apertura de una nueva puerta hacia el mundo. El emirato, reconocido por su visión futurista y su capacidad de atraer capital, eligió a México como uno de sus socios estratégicos en América Latina.
La noticia no es menor: implica que las pequeñas y medianas empresas mexicanas podrían encontrar en Dubái no solo un mercado, sino un trampolín hacia economías de Asia, Medio Oriente y África.
La estrategia, impulsada por WORTEV y el Centro de Competitividad de México en colaboración con la Cámara de Dubái, plantea un objetivo claro: facilitar la internacionalización de las pymes mexicanas y dotarlas de herramientas para competir en entornos globales. Mohammad Khalid Alkassim, responsable de expansión internacional de la Cámara de Dubái, lo expresó con contundencia al afirmar que la intención es construir un puente económico sostenible y de largo plazo con México.
Dubái ha trabajado durante décadas para consolidarse como un hub global de negocios y hoy ofrece ventajas que resultan difíciles de igualar. Propiedad extranjera total en zonas francas, más de treinta zonas económicas con beneficios fiscales, cero por ciento de impuestos sobre la renta personal y una conectividad aérea que pone a más de seis mil millones de personas a ocho horas de distancia. El dato que más llama la atención es que el 98 por ciento de lo que se consume en Dubái es importado. Para México, con su diversidad productiva y su creciente ecosistema de innovación, el mensaje es claro: la oportunidad está servida.
Los números respaldan la narrativa. Entre 2018 y 2024 la inversión bilateral superó los 320 millones de dólares y México se convirtió en el segundo socio comercial más relevante de Dubái en América Latina.
Ahora, la expectativa es que en los próximos cinco años se canalicen entre 200 y 300 millones de dólares adicionales hacia sectores como energía limpia, turismo, transporte y tecnología. Este movimiento se alinea con el Plan México que busca atraer inversión, fortalecer el consumo interno y consolidar los beneficios del T-MEC.
El potencial es innegable. México cuenta con fortalezas como su diversidad productiva, experiencia exportadora y una red de tratados comerciales que lo colocan en ventaja frente a competidores. Las oportunidades van más allá del mercado de Dubái y se extienden hacia la posibilidad de integrarse a cadenas de valor globales y diversificar riesgos más allá de Norteamérica. Sin embargo, también persisten debilidades estructurales como la falta de preparación internacional de muchas pymes, limitaciones de financiamiento y desafíos culturales y logísticos que pueden frenar su expansión. Y al mismo tiempo acechan amenazas concretas: una competencia feroz de empresas de todo el mundo con mayor experiencia y músculo financiero, así como la incertidumbre propia de un entorno económico global volátil.
Aun así, el tono del encuentro en México no fue de cautela sino de entusiasmo. Para Denis Yris, fundador y CEO de WORTEV, este esfuerzo se trata de articular redes de talento, inversión y cooperación que permitan escalar el impacto de las empresas mexicanas en el escenario internacional. Es una visión compartida con el CCMX y con la Secretaría de Economía que reconoce en Dubái un socio natural para los próximos años.
El momento tiene un aire histórico. Mientras Dubái busca consolidar su papel como centro de negocios en Medio Oriente, México aparece en su mapa no como un actor secundario sino como un aliado estratégico. La combinación de un mercado que importa casi todo lo que consume y un país con un potencial exportador en expansión configura un escenario de oportunidades difíciles de ignorar. Para los empresarios mexicanos, la iniciativa Dubái Global puede ser la llave que abra las puertas a una nueva etapa de internacionalización.
El eco de la presentación aún resuena: no se trató solo de un anuncio, sino de una invitación a pensar en grande. En un mundo que cambia con rapidez, las empresas que decidan dar el salto encontrarán en Dubái una plataforma única para reinventarse y crecer. Y quizás, dentro de algunos años, se recuerde este momento como el punto de partida de un nuevo capítulo en la historia empresarial de México.
Colaboración: Editorial Auge.