Más de 100 startups mexicanas reciben el sello Hecho en México

La Secretaría de Economía otorgó el distintivo “Hecho en México” a más de 100 startups nacionales, reconociendo su capacidad de innovación, desarrollo tecnológico y calidad de productos con potencial global.
La certificación valida el talento emprendedor del país y su papel creciente como motor de transformación en sectores estratégicos. Este reconocimiento fortalece el posicionamiento de México como un país capaz de generar soluciones competitivas y productos de alto valor que ya no solo se insertan en el mercado local, sino que aspiran a incidir en cadenas de valor internacionales.
El anuncio se realizó durante el evento Hecho en México: Startups que transforman el futuro, encabezado por el secretario Marcelo Ebrard, quien reafirmó el compromiso de la dependencia con la generación de condiciones para el desarrollo empresarial.
La iniciativa busca no solo promover el orgullo de lo hecho en el país, sino elevar la competitividad de las startupsmexicanas en mercados globales, en particular aquellas con productos manufacturados, ensamblados o diseñados en México.
La decisión de reconocer a más de cien empresas emergentes en un mismo acto evidencia una de las grandes fortalezas del ecosistema nacional: su diversidad sectorial, su vocación tecnológica y su rápida capacidad de adaptación ante los desafíos del entorno.
El evento fue respaldado por importantes firmas del ecosistema de capital privado y emprendimiento, lo que refleja una alineación entre sector público e inversionistas privados para fortalecer la base empresarial del país. En este punto se abre una oportunidad estratégica: consolidar alianzas duraderas entre capital, talento y política pública para hacer del emprendimiento un eje transversal de desarrollo económico.
Durante su intervención, Ebrard subrayó que el distintivo representa más que un reconocimiento simbólico: es una validación del esfuerzo de las empresas que están llevando el nombre de México al extranjero. Añadió que es necesario aumentar los recursos y la estructura de apoyo para los emprendedores, y adelantó que la Secretaría implementará sesiones mensuales con actores del ecosistema para fortalecer una agenda de innovación nacional.
Esta necesidad refleja una de las principales debilidades estructurales del entorno emprendedor en México: la escasez de financiamiento en etapas tempranas y la falta de mecanismos públicos robustos para escalar proyectos con alto potencial. Pese a los avances, persisten barreras regulatorias, desigualdad en el acceso a capital y desafíos en la vinculación entre universidades, industria y gobierno.
El actual contexto global, caracterizado por la relocalización de cadenas productivas, representa una oportunidad sin precedentes para el país. La combinación entre talento local, condiciones geográficas estratégicas y una creciente cultura emprendedora ofrece el terreno ideal para acelerar la consolidación de un ecosistema más competitivo, más dinámico y con mayor proyección internacional.
Sin embargo, también hay amenazas latentes que deben atenderse con visión de largo plazo: la concentración de inversión en ciertas regiones del país, la fuga de talento altamente calificado y la volatilidad en los entornos regulatorios que pueden generar incertidumbre para quienes apuestan por innovar desde México. A esto se suma la presión global por desarrollar tecnología propia en sectores clave como inteligencia artificial, energía, biotecnología y automatización industrial, donde el país aún enfrenta una carrera por alcanzar estándares de vanguardia.
Este reconocimiento llega en un momento clave, en el que México busca posicionarse como una potencia de innovación en América Latina. La validación gubernamental al ecosistema emprendedor permite generar confianza, atraer inversión privada y fomentar una narrativa distinta del país: una donde el valor agregado, el talento digital y la sofisticación industrial ocupan un lugar central.
El distintivo “Hecho en México” no solo representa una insignia de origen, sino un mensaje estratégico: el país cuenta con capacidad de innovación, infraestructura tecnológica y capital humano competitivo.
Colaboración: Editorial Auge.